Es un acto de redescubrimiento; los pequeños obtienen placer activo en la auto-exploración y el contacto, sólo posteriormente sienten culpas o inhibiciones al respecto.
Nos permite aprender acerca del propio erotismo: qué nos agrada y qué necesitamos como individuos.
Aprendemos a valorar nuestros genitales y a disfrutar de nuestra propia excitación u orgasmos.
La masturbación mantiene en buen funcionamiento el aspecto sexual. A las mujeres les permite mantener lubricada la vagina y mantener un ambiente vaginal saludable. A algunas el orgasmo les ayuda a aliviar la tensión menstrual y la congestión pelviana. En el caso de los hombres, la masturbación mantiene en funcionamiento los reflejos de la erección y la eyaculación.
Es un valioso medio para sentirse sexualmente independiente, y una excelente preparación para posteriores relaciones sexuales. Si ambos integrantes de la pareja asumen responsabilidad individual en cuanto a satisfacer sus propias necesidades sexuales ocasionalmente y disfrutan de la masturbación como una opción más, ambos tendrán un repertorio sexual más amplio y aliviarán al otro de la carga de tener que estar siempre en el mismo nivel de deseo o de satisfacer sus necesidades sexuales. Si uno sabe lo que puede enseñárselo al compañero, lo cual evita muchas adivinanzas, frustración e incomodidad.
En el caso de las mujeres que no han experimentado el orgasmo, la masturbación puede procurar la intensidad de la estimulación sexual libre de la presión de tener que "actuar" ante un compañero, donde se sostiene la necesidad de llegar al orgasmo. A algunas puede resultarle difícil llegar a este nivel si albergan sentimientos negativos sobre el autoerotismo, pero bien vale la pena dedicar cierto tiempo y energía a este descubrimiento del propio ser.
La masturbación es un abandono al propio placer; es amarse, ser autocomplaciente, física, mental y emocionalmente. Ayuda a relajarse y a aliviar tensiones sexuales, fisiológicas y psicológicas.
Es legal, no engorda, es segura y siempre puede recurrirse a ella.
Si podemos disfrutar propia sexualidad y lograr cierto grado de independencia y confianza sexual estaremos en mejor posición para hacer una elección consciente en nuestra próxima relación sexual, en lugar de apresurarnos a establecer una pareja poco satisfactoria por desesperación o frustración sexual.
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