“En todo encuentro erótico hay un personaje invisible y siempre activo: la imaginación” Octavio Paz
domingo, 1 de abril de 2007
EL DEPARTAMENTO - CUENTO EROTICO (1ra parte)
POSICIONES VI
ADORACIÓN llamada también PERRITO
Ella a cuatro patas apoyada cómodamente sobre sus antebrazos. Él, de rodillas la penetra por detrás. Esta postura clásica resulta muy placentera para los dos. En efecto, permite un penetración profunda que estimula las paredes de la vagina y el punto G de la mujer, además él puede acariciar al mismo tiempo el pecho y el clítoris de su pareja. Esta postura procura igualmente al hombre un punto de vista muy excitante, permitiéndole satisfacer sus fantasías de dominación. Algunas mujeres se pueden sentir un poco humilladas con esa postura. A otras puede producirles dolor.
EL PICOTEO
El hombre está sentado de lado, sujetándose con un brazo y la rodilla correspondiente. La mujer apoyada en sus antebrazos, se restriega contra su sexo dándole la espalda y es la que marca el ritmo de los movimientos durante la penetración. Él puede con la mano libre, acariciar los senos, las nalgas y la zona anal de su pareja. Esta posición, es más fácil de practicar sobre una alfombra en el suelo que sobre la cama.
BARCO EN EL AGUA
El hombre tumbado sobre su espalda penetra a la mujer, que está sentada sobre su sexo con las piernas hacia un lado y los muslos separados. La mujer marca el ritmo de los movimientos y puede acariciarse mientras tanto.
PASO ATRÁS
El hombre apoyando la espalda contra la pared, empuja con la pelvis hacia delante para penetrar a la mujer, que empuja hacia atrás. El movimiento de va y ven lo llevan a cabo las flexiones de los muslos.
EQUILIBRISTAS
El hombre tumbado de espalda con las rodillas flexionadas, sujeta a la mujer por la cintura y la penetra por detrás. En esta postura es el hombre el que marca el ritmo de los movimientos. La mujer puede al mismo tiempo acariciar la base del sexo de su pareja, que es una zona tremendamente erógena.
EL SAPO
El hombre está sentado en el borde de la cama, los pies en el suelo. La espalda de la mujer apoyada en su pecho, los pies sobre la cama con las rodillas flexionadas. Ella provoca un movimiento de va y ven apoyándose en manos y pies. El hombre puede acompañar el movimiento levantando con las manos el trasero de ella. Puede así mismo acariciar el pecho y el clítoris de su pareja. Con esta postura la penetración es muy profunda.