domingo, 20 de mayo de 2007

LA PLAZA



Era una mujer como todas, pero algo en ella la hacia diferente, quizas su exceso de personalidad, no habia moda que no le quedara bien y es mas, se jactaba de ponerse lo que le viniera en gana.
Apasionada de todo lo que hiciera, hasta en el amor.
Pero como toda mujer tenia sus puntos vulnerables, pero en ella, su unico punto: sus hombros.

El leve roce de otra piel contra sus hombros la excitaban. Cuando los tenia cubiertos no era tan profunda la sensacion, pero al descubierto se le erizaba la piel y ardia por dentro.
Evitaba las grandes aglomeraciones, no viajaba en micro ni tren, y escapaba de tomar ascensores.
Solo cuando estaba predispuesta a gozar los descubria y buscaba lugares con amontonamiento humano, como los shopings y los grandes comercios en las horas picos.
Cierta tarde se acerco a la salida de su trabajo a un parque, la tarde primaveral, llena de concurrencia, el sol tibio aun con restos de invierno, quemaba la piel, se animo a sacarse la camperita que llevaba puesta y los expuso al aire libre.
Ahi sentada en un banco, se entretenia viendo el ir y venir de la gente, fumo unos cuantos cigarros y con la cara al sol con ojos entrecerrados se dormito un rato.
Sobresaltada se desperto al sentir sobre uno de sus hombres el roce de una mano delicada, al abrir los ojos ahi la vio a ella, una joven vestida de negro, con unos pesados borcegos en los pies y unos lentes ahumados negros que cubrian sus bien maquillados ojos.
- no quise molestarte, le inquirio la joven y agrego: - solo queria avisarte que se te esta cayendo el libro que tenes en las manos.
- gracias, exclamo timidamente y se le quedo mirando.
La joven percatada de la mirada, se movio del asiento y se le acerco mas.
Volvio a tocarle el hombro, y vibro por dentro.- que lees?, pregunto
- nada, me quede dormida
-si pero como se llama?
Y se acerco estirando el cuello para poder leer la tapa del libro.
Tenia un perfume embriagador, mezcla de maderas de oriente con amizcle. Era delicioso percibir ese aroma.
- ah te refieres a como se llama el libro, es un libro de poemas de Neruda
- romantico no?
- algo, y se dispuso a abrirlo y leerlo.
- a mi las poesias no me gustan mucho, es algo demasiado meloso, prefiero las novelas eroticas, agrego la joven con una sonrisita complice.
- la verdad no he leido mucho de ese estilo.
- deberias, tu mente vuela a mil con cada pagina.
- si asi lo dices, algun dia leere algo. Y dio vuelta la cara tratando de concentrarse en los poemas, cuando de nuevo le toco el hombro y se estremecio, la joven se percato del sobresalto.
- hey no voy a comerte, le dijo en tono risueño y se saco los lentes negros y le guiño un ojo, agregando:
- aunque me muero por devorarte toda.
Esas palabras la pusieron nerviosa, su perfume embriagador, su roce de piel que la enardecia, y sus bellos ojos grises que la cautivaban.
Penso: que le estaba pasando que una mujer la sedujera asi.
Se ruborizo y la miro desafiante.
- a que no te atreves?
DEspues que lo dijo se arrepintio, trago saliva y acoto: - esta lleno de gente no me parece lugar
- yo diria que es el lugar y la hora perfecta.
Y mientras decia eso se acerco mas y le comenzo a acariciar el hombro.
Que hermosa sensacion, que agradable su mano suave recorriendo cada centimetro.
Se comenzo a excitar, y la joven percatada, arrimo su otra mano a sus muslos, y corriendole la falda la metio por debajo. Sigilosamente sin que nadie las observara, fue corriendola hacia la entrepierna buscando y encontrando.
Comenzo a excitarse aun mas, queria conducirle la mano mas adentro, queria comerle la boca a besos, pero se resistia, la gente la intimidaba.
Ardia con esos dedos adentro de su vagina, que agilmente buscaron el clitoris para juguetear un poco con el, y despues conducirlos al punto G. Habilmente se los resfregaba lentamente, hasta ir llevando luego un ritmo casi acelerado.
Entrecerro los ojos, suspirando y ahogando el gemido tuvo su primer largo y silencioso orgasmo.
Retiro su mano y se llevo los dedos a la boca.
- sabes delicioso, como me gustas!, exclamo la joven enardecida.
- vos tambien, replico lanzandole una mirada que la desvestia de pies a cabezas.
La joven se animo a mas, y comenzo a besarle el hombro, con la punta de la lengua se lo lamia y ella tiritaba, despues le dio besitos cortitos, de nuevo se lo lamio y comenzo a mordisquearlo intensamente.

Ella se movia disimulando en el asiento, no podia controlar la excitacion y el placer que le estaba proporcionando la joven, y sin mas opcion volvio a tener un orgasmo silencioso, entrecortado, apretado entre los dientes.
- me estas matando con tus orgasmos, le dijo mascullando la frase.
- y vos me estas matando con lo que me haces
- puedo hacerte mas, arriesgate y juguemos!, le dijo en tono autoritario, para que ella se decidiera de una vez.

Ella dirijio su mano a la entrepierna y por encima del pantalon comenzo a tocarle. Hundiendo cada vez mas la mano. Con fuerza la joven apreto las piernas dejandola ahi adentro.
- quiero mas, segui asi!
El sol se iba apagando y pocos quedaban ya en el parque.
Por lo que se animo a mas, y le bajo la cremallera del pantalon y metio sus dedos adentro de la vulva de la joven, esta se estiro en el asiento, y puso encima de la mano un bolso para que no se vieran los movimientos rapidos, que nadie se percatara que la estaban masturbando
Y se movia, se agitaba, temblaba y la mano de ella sentia la humedad en los dedos y podia deslizarlos mas rapidamente, aun en una posicion bastante incomoda para las dos.
Y de pronto la sintio vibrar y vio como su cara se transformaba por el gozo.
Saco la mano, y se limpio en su pollera.
- no te gusta comerme?, pregunto la joven
- me encantaria, asintio con la cabeza.
Para ese momento las dos estaban profundamente excitadas, ardiendo, y con ganas de revolcarse en donde fuere.
Se quedaron las dos sin decir nada, solo mirandose a los ojos, complices silenciosas de lo que pasaba por sus mentes.

Ella se levanto y fue caminando hacia una zona apartada del parque, la joven la siguio y al traspasar el rosedal una mano la tomo del hombro, y la arrastro hacia un arbusto bastante ancho de tronco, ahi la arrincono y comenzaron a besarse como dos desaforadas, lenguas que recorrian cuellos, oidos, mentones, labios entrecerrados, abiertos y la lengua de cada una explorando sus pieles.
Las manos buscaban, encontraban y hacian gozar, se retorcian contra el arbol, las dos casi a medio vestir, se besaban los pechos, se mordian, se masturaban.
Dedos agiles en cada punto G, en cada clitoris, en cada canal introduciendo y sacando, hasta que estallaron en placer las dos juntas. Y desplomaron su cuerpo una encima de la otra, hasta terminar el delicioso encuentro con un beso tierno, dulce, casi de agradecimiento.
Arreglaron sus ropas, y la joven saco su celular
- me das tu numero?
- es necesario?
-acaso no disfrutamos esto?
- si que lo disfrute, mejor porque no encontrarnos la semana que viene a la misma hora aqui.
- si claro, pero que pasa si un dia llueve?
- si llueve vendre igual, porque ya no tendremos testigos.
- a mi me excitan los testigos, a solas no tendria el mismo encanto.- y a mi me excita, que me toques los hombros, pero descubri que me encanta estar rodeada de gente mientras nos tocamos
- verdad que es excitante?
- si que lo es, y agrego:
- tenes razon, anota mi numero y dame el tuyo por las dudas.
Las dos sonrieron, se dieron un largo y pronunciado beso, sellando el encuentro clandestino que habia comenzado con el sol, y ahora la luna era su unico testigo mudo de aquella despedida.

CIELO INMENSO