TRAVESTISMO
Básicamente hay cuatro clases de travestismo. Unos que se originan en la propia sexualidad y el que se fundamenta en la propia identidad sexual.
Travestismo Fetichista
El travestismo como expresión de la propia sexualidad es sencillamente un tipo de fetichismo, y no compromete necesariamente a la identidad sexual de quien lo practica. Hay hombres que se sienten hombres en su interior y que sin embargo, disfrutan de imitar a la mujer con fines eróticos; es una forma de fantasía de auto-transposición al objeto sexual y de acercamiento virtual al mismo. En pocas palabras, es una manera un tanto sorprendente de hacer el amor sin que la pareja ideal esté presente y puede ser considerado como un desviación de la psicología endógena y social del sujeto.
Travestismo Histrionico
El travestismo como expresión teatral o transformismo es una de tantas formas de expresión artística y si bien es difícil que a un actor de renombre le guste aparecer vestido de mujer, quien es verdaderamente actor lo puede hacer con mucha calidad y apoyado por los caracterizadores, que buscarán obtener el personaje ideal de acuerdo al guión o al libreto de la obra. Hay "actores" que repetitivamente actúan como mujeres, son los llamados "Performance" en el mundo del teatro ligero, esto se ha extendido a la televisión. A la actuación en si misma se debe agregar la sospecha que la caracterización constante es una de las cualquiera otras formas de travestismo.
Travestismo Homosexual
El travestismo como una forma de cortejo en la prostitución homosexual es el artificio que usa el homosexual que se prostituye frente a sus clientes también homosexuales pero ocultos, (homosexuales de closet) que se sentirán menos culpables al relacionarse con alguien que tiene al menos la apariencia de una mujer. El travesti prostituto callejero se vale de la inseguridad del homosexual para incrementar su clientela a través del travestismo.
Travestismo Existencial
El travestismo como expresión de la propia identidad sexual implica que la psique no está en el fondo conforme con el propio sexo físico y con la propia personalidad sexual pública (sexo social adquirido). Trae entonces la producción de una personalidad sexual privada que resuelva el conflicto entre identidad y morfología o apariencia sexual. Por lo tanto, desde el punto de vista subjetivo de quien lo practica, es en ese momento cuando la persona reencuentra su unidad y coherencia sexual, y cuando menos travestida se siente.
No parece haber una única razón por la cual algunos hombres sienten la necesidad de vestirse en ropas femeninas, o por que hacen ello a pesar de la censura social y de la creencia general que ellos son desviados sexuales. Muchos travestis han buscado ayuda profesional para cambiar su conducta, pero muy pocos "éxitos" han sido reportados a pesar del sincero deseo de cambio que ellos tienen para cambiar. Esta incapacidad de "tratar" a travestis implica que esto satisface una gama de necesidades psicológicas complejas, mas que ser simplemente una disfunción sexual o la expresión de una sexualidad "desviada". Si esto fuera puramente un fetiche sexual, por ejemplo, un re-condicionamiento clásico debería ser efectivo, pero no lo es. Después de la culpa, llego para ellos el momento de aceptar que su impulso era muy poderoso y que seria imposible desterrarlo, por lo que decidieron aceptarlo como parte de si mismos. Alguno opto por salir travestido a la calle durante la madrugada, otro salio a la calle en la seguridad de su auto, manejando, mientras usaba tacos altos y vestido, uno mas alquilaba un cuarto de hotel y allí se travestia Muchos travestis reportan que ellos experimentan diferentes razones en momentos diferentes, o una combinación de razones en ocasiones específicas. El amplio espectro de motivos nombrados acá apoya la noción que el travestismo no es un comportamiento simplista centrado en el sexo o la sexualidad, pero tal vez una respuesta a un gripo de necesidades complejo e interrelacionado, algunas de ellas tan alejadas de aspectos sexuales y tan cercanas a aspectos de género.