1. ACEPTARÁS TU CUERPO
todas tenemos nuestros pequeños o grandes complejos, pero no por ello vamos a recordarlos permanentemente. Nada menos excitante para un hombre que una mujer que en el momento crucial dice: "¡No mires mi celulitis! O… ya se que mi pecho es pequeño, menos mal que existe el Wonderbra…
Tu chico no está ahí en esos momentos para decirte que no te preocupes sino para compartir contigo un momento de placer. Ponte en su lugar, ¿cómo reaccionarías ante un hombre que estuviese desvalorizándose o quejándose todo el tiempo de sus defectos? Se te acabarían quitando las ganas ¿no crees? Si está contigo en ese momento quiere decir que le gustas por algo, así que deja de esconderte tras una camiseta y no cortes la respiración para esconder la barriguita! Cuanto mejor te sientas con tu cuerpo, más disfrutareis del momento los dos
Piensa en el comentario de Sharon Stone. Durante una entrevista, la actriz, que sabe bien de lo que habla, afirmaba que generalmente los hombres en el momento crucial tienen otra cosa en mente como para ponerse a mirar la celulitis de su pareja. ¡Así que relájate!
todas tenemos nuestros pequeños o grandes complejos, pero no por ello vamos a recordarlos permanentemente. Nada menos excitante para un hombre que una mujer que en el momento crucial dice: "¡No mires mi celulitis! O… ya se que mi pecho es pequeño, menos mal que existe el Wonderbra…
Tu chico no está ahí en esos momentos para decirte que no te preocupes sino para compartir contigo un momento de placer. Ponte en su lugar, ¿cómo reaccionarías ante un hombre que estuviese desvalorizándose o quejándose todo el tiempo de sus defectos? Se te acabarían quitando las ganas ¿no crees? Si está contigo en ese momento quiere decir que le gustas por algo, así que deja de esconderte tras una camiseta y no cortes la respiración para esconder la barriguita! Cuanto mejor te sientas con tu cuerpo, más disfrutareis del momento los dos
Piensa en el comentario de Sharon Stone. Durante una entrevista, la actriz, que sabe bien de lo que habla, afirmaba que generalmente los hombres en el momento crucial tienen otra cosa en mente como para ponerse a mirar la celulitis de su pareja. ¡Así que relájate!
APRENDERÁS A EXCITARLE
De lo que se trata es de aumentar el deseo… y eso está al alcance de todas: un escote de vértigo, una mirada pícara… y seguro que se derrite a tus pies. Tiene que ser una invitación al placer que le haga perder la cabeza. Todo empieza cuando el gesto más mínimo es una promesa de placer intenso. Tómate tu tiempo y no te olvides que cuando te haces de rogar el deseo aumenta aún más. No cedas a tu deseo desde el principio, pero demuéstrale que estás interesada. Enciende la mecha pero no hagas que explote enseguida… y sobre todo no dejes que se apague. ¡Merecerá la pena al final!
El consejo : un pequeño juego que le pondrá a cien por hora: Deja que se instale en la cama y prohíbele que te toque sin tu autorización. Sólo podrá mirarte. Siéntate en una silla vestida con lo mínimo (lencería sexy, zapatos de tacón…), comienza un striptease corto pero lo suficientemente lento para que surta efecto. Después comienza a acariciarte, lentamente observándole de vez en cuando. La masturbación femenina les excita muchísimo… Tú eliges cuando poner fin a ese delicioso suplicio acercándote a él…
DEJARÁS QUE MIRE
Desde pequeño le gustaba ver las páginas de lencería del catálogo de venta por correspondencia de su madre. A los hombres les gusta mirar y su deseo pasa por la mirada. Así que ¿Por qué privarle de ese placer? No apagues la luz (¡sólo se aceptan algunas velas!) y déjate ver, concédele el placer de mirarte.No dudes en posar de forma sugerente y en destacar algunas partes de tu cuerpo: retira tu sujetador y no cruces los brazos sobre tu pecho… y sobre todo no cierres los ojos: aprovecha para disfrutar del espectáculo, ¡el hecho que vuestras miradas se crucen es un verdadero estimulante!
El consejo: A los hombres les gusta mirar. Regálale un momento de placer haciendo que también se vea. Poneos delante de un espejo. Si te incomoda verte en el espejo ponte de espalda. ¡De este modo tu chico podrá observarse en acción!
Conoceras sus zonas erogenas
Conoceras sus zonas erogenas
Al igual que la mujer, el hombre no se limita a su sexo y posee numerosas zonas erógenas (puntos anatómicos que una vez estimulados, provocan una excitación sexual). De hecho se suele quejar que no nos ocupamos lo suficiente de ellos. Aprende a conocerlos para explorarlos mejor. No olvides poner en práctica ciertos verbos para excitarle: besar, acariciar, mordisquear, chupar, lamer…
Todo (¡o casi!) salvo sus óganos genitales… Los labios, el cuello y para algunos las orejas pueden transformarse en auténticos detonadores de placer. Tampoco hay que olvidar el interior de los muslos donde la piel es muy fina, los pezones… y sus nalgas –que nos encanta mirar- también merecen que nos ocupemos de ellas ¡y haz que estremezca de placer!