sábado, 7 de abril de 2007

EL DEPARTAMENTO - CUENTO EROTICO (6TA PARTE)



Por la mañana fui al edificio y comencé a tocar todos los botones, preguntando por alguien como ella, es mas me quede ahí pulsando cada cinco minutos su portero eléctrico, no podía equivocarme ella estaba en el piso 13, segundo departamento al corredor interior.
Perdí toda la mañana y no me importo faltar al trabajo, monte guardia y ahí me quede con mi pena y mi dolor a cuestas.
Eran mas de las seis de la tarde, cuando volvió a salir el encargado del edificio, y esta vez decidido a preguntarme a quien buscaba.
Me negaba rotundamente alguien con mi descripción ahí viviendo, y mi perplejidad quizás lo asusto, cuando me dijo que nadie vivía en el desde hacia mas de cinco años. Que era imposible de alquilar, el supuesto departamento ocupado por ella. Que la gente se interesaba pero después desasistían y no aparecían mas.
Le dije estar interesada en el, si me dejaba verlo, con poco humor me llevo y cuando entre comprobé que era tal como lo veía en las noches, pero que todo estaba cubierto de sabanas y polvo.

Volví derrumbada en mi dolor, a la noche ni quise ir a ver el maravilloso espectáculo que venia deleitando a mis ojos, y a mi placer personal.
Me abatió la información que me suministraron, me deje vencer, y ahí me quede en cama mas de tres días sin salir, inventando excusas y reprimiendo mi morbo para no ir a las noches a espiarla. Al cuarto no pude más y fui con el telescopio en mano, y nada, así fue la quinta, la sexta noche, y las que siguieron, paso mas de diez días, hasta que recordé la caja que dejo el anterior inquilino. Y saque el cuadernos de notas, y comencé a leer:
(CONTINUARA)
CIELO INMENSO

EL DEPARTAMENTO - CUENTO EROTICO (5ta parte)



VERLA asi tan resplandeciente me envolvía una halo de excitación incontrolable, solo quería estar junto a ella en su mundo y ser participe de el.
Cada movimiento que ella realizaba con sus manos, yo los iba imitando pausadamente, deliciosamente, disfrutando palmo a palmo, con sabor a placer, con sabor a lo prohibido que me excitaba cada vez mas, verla allí reflejada me hechizaba a quererla poseer, y sentirme su esclava, que pidiera, y yo como una perra obediente, acatando sus ruegos, brindándole todo el placer.
Que ella gozara retorciéndose hasta el mismo extremo en que lo hacia yo, reflejada como su mismísimo retrato en el espejo pero en un balcón vecino.
Morderla hasta hacer sangrar sus labios y beber ese delicioso brebaje mezcla de sangre y saliva, lamerle los pezones, y degustarlos con placer como un manjar servido para los dioses, fundirme adentro suyo, con piel y carne, con alma y cuerpo, con sentimiento, quizás con amor
Anudarnos en un revoltijo de piernas, clamando por tomar el control, y dejarme poseer una y otra vez, tomar sus manos y conducirlas al punto extremo, ese mismo en el cual yo detenía las mías para tener otra vez el orgasmo mas excitante y caliente que nunca pude imaginar.
No me bastaba, quería mas, y mas. Hubiese deseado ser un ave y echarme a volar cruzando el cielo para llegar a su balcón y entrar por esa ventana, y abalanzarme sobre ella como un desquiciado violador de vírgenes.
Eché a llorar, por la impotencia de no poder hacer nada, y cuando mas rabia sentía dentro de mi, mas deseos ardientes crecían. De pronto la vi tb llorar frente al espejo, seco sus lagrimas y cubrió su rostro con las manos, aquellas diminutas manos que tanto deseaba yo tener encima de mi piel.
Fue a la ventana y corrió las cortinas, apago la luz.
Y me sentí morir.
(CONTINUARA)
CIELO INMENSO