jueves, 27 de noviembre de 2008

CASI SALVAJE (RELATO)


Casi salvaje

Ella estaba bastante nerviosa, demoras en el tráfico casi impiden que tome su avión a horario.

Corrió con ansiedad hasta la señorita que tomaba el pasaje para abordar y sin darse cuenta tropezó con él.

Girando su cabeza y con cara de contrariedad, él al verla desdibujo la mueca de bronca para regalarle una espléndida sonrisa.

Ella avergonzada le pidió disculpas, y le sonrió. Mientras pensaba que: "que hermosa sonrisa que él tenia"

Cuando abordaron al avion, descubrieron que irian sentados en la misma línea de asientos.

El viaje era largo, por lo cual ella se dispuso a leer algunas revistas que llevaba y él sacó su nootebook y se dispuso a trabajar.

Cada tanto sus miradas se encontraban. Ella vibraba y el sentía una especie de hormigueo en todo el cuerpo. Aquella mujer enigmática no lo dejaba pensar.

Ella se levantó del asiento y fué hacia el WC. Cuando salió lo encontró a él en el pasillo esperando.

No había dudas que la siguió.

Otras vez sus cuerpos estuvieron a centímetros unos del otro. Esa vibracíon intensa que sentian, hizo que él la tomara del brazo y la metiera de nuevo hacia el WC.

Ella no grito, se dejó llevar cautivada.

Ahí dentro, en un lugar tan pequeño, él la acorraló contra el lavatorio y la depositó encima, mientras que con una mano le bajaba la tanga.

Mientras sus bocas deseosas se comian una a otra. Lenguas rebozantes de lujuria recorrián sus cuellos. Le abrió la camisa y le levantó el soutien, para quedar al aire libre un par de deliciosos senos. Pasó su lengua por esa aureola rosada que lo tentaba a morder y succionar con todas sus ansias.

Mientras la mano de ella, ya habia abierto la cremallera y tenia un poderoso miembro erecto, a punto de estallar en sus manos.

Los dedos de él se situaron en la vagina, abriendo paso para meterle con todo al que llevaba entre sus piernas.

El contorneo de cuerpos era salvaje, una lucha de ansias, poder y lujuria.

Se debatian en ganarle al tiempo, las manos iban y venian, las bocas estallaban, las lenguas se fusionaban, y su pene entraba cada vez mas dentro de ella, para hacerla gemir como una loca rebosante de placer.

Cada movimiento de su cuerpo, era una daga dentro de ella, que la sentia traspasar hasta su alma.

Cada vez mas rápido, mas rápido, los gemidos eran el único sonido en ese lugar pequeño.

Después el la calzo en sus caderas, para poder penetrarla más y más.

Los espasmos llegaron y el orgasmo hizo su aparicion con frenesí.

Aunque ellos absortos siguieron lamiendose y besandose apasionadamente por unos minutos más.

Él retiro su pene, se limpió con papel. Ella hizo lo mismo, como pudo porque ni podian moverse ahi dentro.

Él le dijo: no te preocupes cuando lleguemos al hotel nos bañamos juntos.

Ella respondió: que te parece si cuando lleguemos a España seguimos con este jueguito de no conocernos?

Él asintió con su cabeza, y con esa sonrisa que a ella la habia conquistado desde hacía mas de diez años.

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