A lo largo de la historia los hombres han tratado de relacionar la masculinidad con el pene, su vigor y su poder sexual.
Todos los hombres alguna vez en nuestra vida nos hemos preguntado si estamos bien dotados por la naturaleza. ¿Es nuestro pene lo bastante grande o grueso o, sencillamente, bastará para satisfacer a nuestra compañera? Ya lo dice el refrán: dime de qué presumes y te diré de qué careces, pero en esto del tamaño parece que los chistes y las presunciones son bastante abundantes. Usualmente quienes suelen bromear y llevan constantemente la conversación hacia estos derroteros son quienes más inseguros se sienten al respecto.
Y no es cuestión de broma: el tema se ha vuelto demasiado manido porque, entre otras razones, todos hemos recibido el embate de imágenes culturales que nos muestran el aspecto que debemos tener o cómo debemos comportarnos para ser considerados como “verdaderos hombres”. Estos mensajes están ocultos o manifiestos en muchos medios de comunicación, bromas, anuncios y películas. Y el problema con estas “sutiles” connotaciones es que la mayoría suelen ser irreales.
¿Por qué nos intriga la medida del pene?
El problema es básicamente una cuestión de perspectiva: tu punto de vista y el de los demás. Se necesitarían estrictos esquemas anatómicos individualizados para poder saber quién tiene, en proporción, el pene más grande.
Hay tres factores que influyen en esta apreciación: el vello púbico (que lo oculta en parte), la anchura (que puede hacerlo parecer más pequeño) y la curvatura del miembro. En la actualidad, el tamaño del pene ha causado tanto revuelo que se han realizado numerosas encuestas a nivel mundial para determinar “la medida del hombre” en cada etapa de su desarrollo y en cada una de las razas… En fin, siempre hay quienes no están a gusto con el tamaño de su “amigo”. Tal vez, consciente o inconscientemente, tú formes parte de estas cifras.
Los numeritos
Las estadísticas varían, sin tomar en cuenta la correlación entre el tamaño del pene en estado flácido y su capacidad de alcanzar un tamaño “normal” cuando se pone erecto.
La mayoría de los estudios sugieren que el pene erecto promedio mide entre 12,7 y 15,3 cm. Desde luego que la erección es la responsable de uniformar el tamaño, ya que la estatura en estado flácido varía considerablemente y se afirma que aquellos que miden menos de 7,5 cm aumentan un promedio de 260% su tamaño cuando se excitan, y, en cambio, los mayores solo aumentan el 165% con la erección.
El culto a la enormidad
Muchos autores han llegado a la conclusión de que la obsesión por los atributos sexuales está más relacionada con valores culturales que con necesidades biológicas. Si no, conozca el siguiente ejemplo:
Los gorilas, cuya estructura anatómica bien podría equivaler a la de dos hombres bien desarrollados, tienen penes que miden 4 cm en estado erecto. Y no tienen complejo cuando buscan a alguna hembra con la cual tener relaciones, pues su miembro les funciona maravillosamente para transmitir sus genes a las nuevas generaciones, lo que, a fin de cuentas, es la principal función.
Nada, que los valores culturales, el culto a una presencia adonisíaca y perfecta ha hecho mella en nuestro cerebro y creado patrones que colindan con lo irreal y exagerado de tal manera que, por repetición, se han convertido en una realidad añorada.A quien debe interesar
Hay un sector al que raramente preguntamos si le incomoda la medida de nuestro pene: el femenino. Lo cierto es que las mujeres poco se ocupan del tema, pues ninguna elige a su hombre por el tamaño de sus atributos sexuales (aunque algunas después mistifiquen la notoriedad de ciertos miembros). El antiguo refrán que reza que el tamaño no importa, sino la técnica que se usa, continúa siendo válido. El sexo puede realizarse de muchas formas y en muchas posiciones. El pene y la vagina pueden ser medidos de distintas maneras y cada nueva posición puede brindar momentos de inefable placer para ti y tu pareja.
Todos los hombres alguna vez en nuestra vida nos hemos preguntado si estamos bien dotados por la naturaleza. ¿Es nuestro pene lo bastante grande o grueso o, sencillamente, bastará para satisfacer a nuestra compañera? Ya lo dice el refrán: dime de qué presumes y te diré de qué careces, pero en esto del tamaño parece que los chistes y las presunciones son bastante abundantes. Usualmente quienes suelen bromear y llevan constantemente la conversación hacia estos derroteros son quienes más inseguros se sienten al respecto.
Y no es cuestión de broma: el tema se ha vuelto demasiado manido porque, entre otras razones, todos hemos recibido el embate de imágenes culturales que nos muestran el aspecto que debemos tener o cómo debemos comportarnos para ser considerados como “verdaderos hombres”. Estos mensajes están ocultos o manifiestos en muchos medios de comunicación, bromas, anuncios y películas. Y el problema con estas “sutiles” connotaciones es que la mayoría suelen ser irreales.
¿Por qué nos intriga la medida del pene?
El problema es básicamente una cuestión de perspectiva: tu punto de vista y el de los demás. Se necesitarían estrictos esquemas anatómicos individualizados para poder saber quién tiene, en proporción, el pene más grande.
Hay tres factores que influyen en esta apreciación: el vello púbico (que lo oculta en parte), la anchura (que puede hacerlo parecer más pequeño) y la curvatura del miembro. En la actualidad, el tamaño del pene ha causado tanto revuelo que se han realizado numerosas encuestas a nivel mundial para determinar “la medida del hombre” en cada etapa de su desarrollo y en cada una de las razas… En fin, siempre hay quienes no están a gusto con el tamaño de su “amigo”. Tal vez, consciente o inconscientemente, tú formes parte de estas cifras.
Los numeritos
Las estadísticas varían, sin tomar en cuenta la correlación entre el tamaño del pene en estado flácido y su capacidad de alcanzar un tamaño “normal” cuando se pone erecto.
La mayoría de los estudios sugieren que el pene erecto promedio mide entre 12,7 y 15,3 cm. Desde luego que la erección es la responsable de uniformar el tamaño, ya que la estatura en estado flácido varía considerablemente y se afirma que aquellos que miden menos de 7,5 cm aumentan un promedio de 260% su tamaño cuando se excitan, y, en cambio, los mayores solo aumentan el 165% con la erección.
El culto a la enormidad
Muchos autores han llegado a la conclusión de que la obsesión por los atributos sexuales está más relacionada con valores culturales que con necesidades biológicas. Si no, conozca el siguiente ejemplo:
Los gorilas, cuya estructura anatómica bien podría equivaler a la de dos hombres bien desarrollados, tienen penes que miden 4 cm en estado erecto. Y no tienen complejo cuando buscan a alguna hembra con la cual tener relaciones, pues su miembro les funciona maravillosamente para transmitir sus genes a las nuevas generaciones, lo que, a fin de cuentas, es la principal función.
Nada, que los valores culturales, el culto a una presencia adonisíaca y perfecta ha hecho mella en nuestro cerebro y creado patrones que colindan con lo irreal y exagerado de tal manera que, por repetición, se han convertido en una realidad añorada.A quien debe interesar
Hay un sector al que raramente preguntamos si le incomoda la medida de nuestro pene: el femenino. Lo cierto es que las mujeres poco se ocupan del tema, pues ninguna elige a su hombre por el tamaño de sus atributos sexuales (aunque algunas después mistifiquen la notoriedad de ciertos miembros). El antiguo refrán que reza que el tamaño no importa, sino la técnica que se usa, continúa siendo válido. El sexo puede realizarse de muchas formas y en muchas posiciones. El pene y la vagina pueden ser medidos de distintas maneras y cada nueva posición puede brindar momentos de inefable placer para ti y tu pareja.
fuente.revistavirtualsomosjovenes)
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