Muchos jóvenes y adolescentes encuentran en el sexo oral algunas ventajas sobre el coito. Para algunas mujeres, por ejemplo, es una forma de conservar su virginidad o de evitar embarazos no deseados (de "no embarcarse", dirán ellos) sin renunciar al goce sexual, a los escarceos eróticos, al trato igualitario que supone la práctica del sesenta y nueve. Una encuesta publicada por la prestigiosa revista JAMA de
Guagüis, beso negro, beso rosa, son algunos de los nombres con los que popularmente se conocen las modalidades del sexo oral: felación (succión del pene); analingus (beso anal); cunnilingus (beso vaginal). Aunque no se han establecido las probabilidades de adquirir el VIH por practicarlas, se cree, de manera hipotética, que el riesgo está presente bajo determinadas condiciones. Se sabe que el intercambio de algunos fluidos corporales es lo que permite la transmisión del virus del sida de una persona a otra. En la felación, el mayor riesgo es la presencia de semen en la boca, pues bastaría una pequeña herida en la mucosa bucal, un fuego o una encía sangrante, para que el contacto del esperma con la sangre facilitara el paso del VIH.
Los epidemiólogos han clasificado las prácticas sexuales según su grado de riesgo de transmisión de infecciones. Las de mayor riesgo son las penetraciones vaginales y anales sin condón. Por esa vía han ocurrido la gran mayoría de las infecciones de VIH. Las más seguras son las caricias, la masturbación mutua y el frotamiento de los cuerpos, es decir el sexo sin penetración. Al sexo oral sin protección los especialistas lo clasifican como de "bajo o menor riesgo". Las primeras están muy documentadas y existe abundante literatura científica para demostrarlo. Y aunque no abundan los estudios sobre el riesgo de las prácticas orales, en quince años de epidemia se han reportado muy pocos casos de infección por esa vía, pero en ningún caso se ha podido comprobar que efectivamente ése haya sido el medio de transmisión. La conclusión es siempre la misma: la infección es posible, pero muy, muy poco probable.
2 comentarios:
Lo de la toallita de látex tiene que dar muy mal rollo. ¿A quien puede gustarle darle lengüetazos a algo así? Tiene que ser como comérselo a una muñeca hinchable.
Hola Sr Bateman
No podria asesorarlo porque aun no lo experimente, pero supongo que debe ser tan aburrido como lo de la muñeca, pero es una medida de prevencion y como tal hay que tomarlo.
gracias por pasar de nuevo por estos lares, ya extrañabamos su visita.
saludos
Cielo Inmenso
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