martes, 29 de mayo de 2007

SEXO ORAL

SEXO ORAL

Muchos jóvenes y adolescentes encuentran en el sexo oral algunas ventajas sobre el coito. Para algunas mujeres, por ejemplo, es una forma de conservar su virginidad o de evitar embarazos no deseados (de "no embarcarse", dirán ellos) sin renunciar al goce sexual, a los escarceos eróticos, al trato igualitario que supone la práctica del sesenta y nueve. Una encuesta publicada por la prestigiosa revista JAMA de la Asociación Médica de Estados Unidos reveló que incluso para una gran cantidad de jóvenes norteamericanos practicar el sexo oral no significa tener propiamente relaciones sexuales.

Guagüis, beso negro, beso rosa, son algunos de los nombres con los que popularmente se conocen las modalidades del sexo oral: felación (succión del pene); analingus (beso anal); cunnilingus (beso vaginal). Aunque no se han establecido las probabilidades de adquirir el VIH por practicarlas, se cree, de manera hipotética, que el riesgo está presente bajo determinadas condiciones. Se sabe que el intercambio de algunos fluidos corporales es lo que permite la transmisión del virus del sida de una persona a otra. En la felación, el mayor riesgo es la presencia de semen en la boca, pues bastaría una pequeña herida en la mucosa bucal, un fuego o una encía sangrante, para que el contacto del esperma con la sangre facilitara el paso del VIH.

Los epidemiólogos han clasificado las prácticas sexuales según su grado de riesgo de transmisión de infecciones. Las de mayor riesgo son las penetraciones vaginales y anales sin condón. Por esa vía han ocurrido la gran mayoría de las infecciones de VIH. Las más seguras son las caricias, la masturbación mutua y el frotamiento de los cuerpos, es decir el sexo sin penetración. Al sexo oral sin protección los especialistas lo clasifican como de "bajo o menor riesgo". Las primeras están muy documentadas y existe abundante literatura científica para demostrarlo. Y aunque no abundan los estudios sobre el riesgo de las prácticas orales, en quince años de epidemia se han reportado muy pocos casos de infección por esa vía, pero en ningún caso se ha podido comprobar que efectivamente ése haya sido el medio de transmisión. La conclusión es siempre la misma: la infección es posible, pero muy, muy poco probable.

Por ello la primera recomendación es el uso del condón, y en su defecto evitar recibir semen o eyacular en la boca de la pareja, aunque se debe tomar en cuenta que el líquido pre-eyaculatorio también contiene una fuerte concentración viral. En el cunnilingus o beso vaginal, por ejemplo, la transmisión del virus del herpes genital es mucho más factible que la del virus del sida. La ausencia de casos de transmisión del VIH de mujer a mujer (en México no se ha registrado un solo caso), parece respaldar esa aseveración. Pero aquellos y aquellas que gustan de practicarlo deben tomar en cuenta que técnicamente, los riesgos de infección existen, pues el contacto de dichas secreciones con alguna pequeña herida de la mucosa bucal podría, al menos hipotéticamente, facilitar la transmisión del VIH. Para extremar precauciones se recomienda cubrir los labios vaginales con plástico adhesivo de uso doméstico o con un parche dental de látex.

2 comentarios:

Sr. Bateman dijo...

Lo de la toallita de látex tiene que dar muy mal rollo. ¿A quien puede gustarle darle lengüetazos a algo así? Tiene que ser como comérselo a una muñeca hinchable.

Beisa dijo...

Hola Sr Bateman
No podria asesorarlo porque aun no lo experimente, pero supongo que debe ser tan aburrido como lo de la muñeca, pero es una medida de prevencion y como tal hay que tomarlo.
gracias por pasar de nuevo por estos lares, ya extrañabamos su visita.
saludos
Cielo Inmenso