martes, 29 de mayo de 2007

AFRODICIACOS DEL CUERPO -parte 1-

Dopamina: reguladora del apetito sexual. Se genera dentro de tu cuerpo. Es un neurotransmisor que pertenece al tipo de las catecolaminas, un compuesto que tiene vital importancia en la función del sistema nervioso y que aumenta la presión arterial. Si la Endorfina es la portadora del placer, la Dopamina es el placer mismo.

La Dopamina es crucial para la excitación sexual porque hace más intensa la experiencia sexual; refuerza el deseo sexual; incentiva el impulso sexual; permite una reacción ante estímulos como ser acariciado, la música romántica, los besos, sabores exquisitos, etcétera; facilita los orgasmos e incrementa la energía sexual. Es más, muchos la consideran como sinónimo de placer. La Dopamina no sólo es la culpable de hacerte sentir bien: es la que permite que disfrutes del sexo y anheles tus encuentros sexuales. Además, es la que te hace sentir enamorado y genera ese rubor en tus mejillas, desacelera tu respiración y hace que te suden las manos. Este neurotransmisor también te permite responder a los mensajes sensuales que te envían tus órganos de vista, oído, gusto, tacto y olor. No sólo se restringe a regular tu apetito sexual, sino que también es responsable de los movimientos musculares y la regulación de la respiración, hambre y apetito.

Endorfina: la portadora del placer. la Endorfina trabaja junto con la Dopamina, abriéndole los caminos al placer. No sólo son muy parecidos químicamente a la morfina, llegando a interactuar con los mismos receptores en el cerebro, sino también a la heroína, al reemplazar el dolor con la euforia. Además, la Endorfinala Endorfina, probablemente las relaciones sexuales no serían placenteras. Este neurotransmisor es nombrado como un afrodisíaco que eleva los niveles de Dopamina, que a su vez refuerza el impulso sexual y trae olas de placer en el cuerpo. actúa como el tranquilizante natural del cuerpo humano, disminuyendo el estrés y permitiendo un estado de ánimo conveniente para gozar plenamente de la sexualidad. Sin

Estrógeno: la "Conquistadora " que hay dentro de cada mujer.

El comportamiento de la mujer, en particular el deseo sexual (o libido), está claramente influido por la acción del Estrógeno en el cerebro. durante el acto sexual esta hormona alcanza un nivel muy alto. Esto permite un aumento de la mucosidad vaginal lo que facilita el coito. Inclusive en ocasiones, permite una llegada más rápida del espermatozoide al óvulo. Estrógeno proviene de "Oistros" , lo que significa deseos locos y "Gennein" que quiere decir engendrar.

La producción de Estrógeno se incrementa durante la pubertad y adolescencia. A los 30 años comienza un suave y paulatino descenso hormonal. Al llegar a los 40, disminuye considerablemente. Como consecuencia de esta baja, las mujeres afrontan cambios importantes: menstruación irregular, vello menos tupido, piel y cabello resecos y embarazos difíciles.

El Estrógeno determina la distribución de la grasa del cuerpo, lo cual confiere un contorno característico a la silueta femenina. De este modo, el cuerpo de la mujer presenta una acumulación de grasa en la región de las caderas y los senos.

Cuando la citada hormona está activada, las glándulas sudoríparas secretan más agua y aceites, lo que ayuda a hidratar y proteger la piel. Hasta el cabello se ve con más brillo. Así lo indica un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale.

Bajos niveles de Estrógeno, en cambio, son sinónimo de depresión, angustia y falta de apetito sexual.

El Estrógeno tiene fama de ser la cura milagrosa de diversos problemas femeninos. Los expertos afirman que evita la osteoporosis y que es maravilloso para los síntomas de la menopausia, como las tan molestas oleadas de calor, falta de sueño, irritabilidad y nerviosismo.

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