La vi pasar con ese andar felino de gata en celo, balnceando sus caderas, con la cabeza altiva y sonriente.
Me miro y su mirada traspaso mi piel, giro su cabeza al frente y siguio la marcha con paso tranquilo.
Su minifalda de jeans dejaba ver un buen par de piernas bien contorneadas, tenia una camperita negra de cuero corta a la cintura y una escotada blusa blanca que traslucia sus senos.
No podia confundirla entre la multitud.
Tuve el deseo irrefrenable de seguirla y asi lo hice, trataba que no me viera, asi que me ocultaba detras de algun transeunte que por alli pasaba con el mismo rumbo.
Espero el semaforo para cruzar la avda, por lo tanto me retrace, para volver a avanzar cuando ya la vi en la otra acera.
Por dentro sentia el deseo irrefrenable de hacerla mia, apure mi marcha y estuve a pocos metros, hasta olia su perfume que me embriagaba, se detuvo en una vidriera de lingerie y como buena hembra se regocijaba ante tanto encaje.
Siguio avanzando dos, tres, cuadras ya con paso apurado, creo que me presentia, que olia mi aliento de gato vagabundo y caliente.
A la cuarta cuadra doblo a la esquina en un callejon oscuro, ya la tenia muy cerca, casi encima cuando la tome de los hombros con fuerzas y la arrastre a lo mas oscuro, donde solo nos alumbraba la luz de la luna, la arrincone contra la pared, y ahi comprendi que esperaba mi ataque sorpresivo.
Salvaje como un loco descarriado comence a besarla apasionadamente, y ella contestaba mis besos metiendome la lengua y respondiendo a mi deseo.
Le chupaba el cuello, la cara, la mordisqueaba por donde podia, solo queria introducirme en ella por los poros, le levante la blusa y meti mis manos sobre sus deliciosos pechos, ahi los tuve enfrente mio como esperando sus pezones ergidos mi boca canivalezca, los lami, los chupe, se los mordi, era excitante ver como se retorcia.
Meti una de mis manos en su entrepierna y le arranque furiosamente la tanga, ella nerviosa e impaciente queria bajar la cremallera de mi pantalon, la ayude como pude porque mis dedos se dirigieron a su vagina humeda de sexo, me baje y se la chupe toda y ese olor delicioso a hembra excitada me volvia mas loco, jugue con la lengua en su clitoris y la senti vibrar, estremecer, gemir, ardia como yo con la misma intensidad.
No pude mas me incorpore y saque mi pene erecto a mas no poder y la penetre, alce sus piernas a mi cadera y comenzamos a movernos como dos electrocutados de placer.
Insaciables, ardientes, calientes como un volcan encendido.
Queria penetrarla hasta el fondo de su alma. La sentir tener un orgasmo largo pronunciado y yo crei morir cuando lo tuve. Pero segui y segui, mas rapido cada vez, y mas y mas, hasta que logramos llegar los dos juntos a nuestro segundo orgasmo de placer.
No podia recuperarme y ella tampoco, quedamos exhaustos.
Me separe de ella, me acomode la ropa y ella ahi contra la pared me miraba agotada pero extaciada, entonces tuve el deseo de darle un hermoso beso de despedida, despues le toque la cara y pegue la media vuelta hasta desaparecer.
Nunca quise voltear para verla, nunca pero me llevo su perfume pegado a mi piel.
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