Tome el celular y la llame a Vero y le dije que estaba lista para mi próxima cita.
Por suerte pasaron mas de 10 días desde la ultima vez que estuve con los japoneses, si bien me había quedado bastante acongojada, con miedo y bronca a la vez, el dinero me hacia olvidar los malos momentos pasados.
Eran casi las dos de la tarde y aun estaba en la oficina, cuando Vero me llama al celular, diciendome que a la noche me requerían en un departamento privado, que iría con Johana, ya que pedían dos chicas, y que la cosa era entre varios ya que era una despedida de soltero privadisima.
Al principio no me gusto nada la idea, pero cuando me dijo la cifra que recibiríamos, no dude.
Nos encontramos con Johana en la puerta del edificio, era una chica joven casi por los 24, pero cuando vi su forma de moverse y su actitud, comprendi que tenia mucha mas experiencia que yo en el ramo.
Subimos hasta el 4to piso y en el corredor nos esperaba un joven no mayor de 22 o 25 años, con una copa en la mano nos recibió, y nos hizo pasar, la sala estaba a media luz, y en el medio sentado atado de pies y manos, el pobre que dejaría su soltería.
Nos miro con sonrisa picara, y nos grito, ya que la música estaba fuertecita, dándonos la señal que quería vernos bailar a su alrededor.
En una punta de la sala, uno mas sentado con una botella en la boca, se levanto para salirnos al encuentro.
-pasen chicas, que estamos esperando el show.
nos quitamos el abrigo, nos miramos las dos complicentemente, y comenzamos a danzar alrededor del chico, (que despues nos enteramos que se llamaba Bruno)
mientras nosotas bailabamos, sentiamos los aullidos de lobos en celo de sus amigos, que no eran mas que dos, aplaudiendo a nuestro alrededor.
decidimos hacer subir aun mas la temperatura, por lo que Johana, comenzo a danzar a mi lado rozandome el cuerpo, su manos se prendían a mis caderas, y los lobos aullaban aun mas.
la música era excitante, por lo que nos dejamos llevar, hasta sentarnos o rozar las piernas del agasajado.
para ese entonces pude ver como su miembro erecto, daba señal que la cosa estaba en su mejor curso.
comenzamos a manosearlo, y vimos como se excitaba aun mas, Johana fue a su cartera y saco un preservativo, y se lo coloco en la boca, mientras yo jugaba con su lengua ardiente.
Se agacho frente a el, y fue directamente a colocarle el preservativo con la boca, mientras yo seguía besándole cada parte de su cuerpo.
Por detrás podía escuchar los gritos desaforados de sus amigos, pidiendo; mas... mas...
Johana seguía con el pene en la boca, lamiéndolo, y chupandolo hasta el fondo de su garganta.
Cuando me hizo señas, que yo me le sentara y tuviera sexo con el amordazado, que solo emitía gemidos de placer, y se retorcía en la silla, sin poder mas que mirar.
cuando vi que su pene estaba super duro, me le senté encima y me lo metí hasta el fondo, la verdad no estaba para nada motivada, y aprendí a que fingir era lo mas propicio para ese momento, mientras cabalgaba encima del chico, Johana por detrás comenzo a meterme una mano en mi cola, y otra en los pechos, me sentí un poco molesta pero era parte del show.
Los lobos seguían danzando y aullando alocadamente a nuestro alrededor, cuando creí que era el momento justo de hacerme la que gozaba plenamente y con orgasmo inventado incluido.
Cuando me di cuenta, Bruno ya había tenido también su goce, siento que me toman de atrás y era Johana que me encajaba un buen beso de lengua.
Mientras vi, como los otros dos, se estaban sacando la ropa, el mas grandote y alto, se inclino por ella, mientras que el mas jovencito, el que nos recibió, me tomo de la mano, y me dijo;
- dame placer a mi también nenita!
y me llevo al sillón ahí cercano, y comenzo a meterme manos y lengua por todo el cuerpo.
Metí mi mano entre su slip, y pude notar un miembro vigoroso y elevado a punto de explotar, el chico toma de la mesa ratona un condón y me lo da, me dice:
- me lo pones con la boca, como hizo ella.
Y pude notar lo excitado que estaba, comencé a lamerlo, besarlo y chupar su pene, el niño sabia como meter mano, a veces torpemente, pero me agradaba su manera de hacerlo
Por el rabillo del ojo la pude ver a Johana teniendo sexo sobre la mesa, la música tapaba los jadeos pero pude ver el movimientos de dos cuerpos ardiendo, y verlos me calentó aun mas.
Así que me coloque de manera que mientras tenia sexo con el chico, también los veía a los otros dos haciéndolo, lo cual me pareció cada vez mas excitante.
No se cuantos minutos pasamos ahí revolcandonos sobre el sofá, solo se que no tuve que fingir ningún orgasmo, porque este chico me estaba llevando a las nubes.
Ya habíamos utilizado dos condones, cuando los veo venir a Johana y al grandote, ella se sienta encima de mi chico y el grandote me toma de la espalda y me sienta sobre el.
Los cuatro estábamos uno al lado del otro, de vez en cuando, nos manoteábamos entre los 4, era placentera la escena, la acción, y lo bien que la estábamos pasando, cuando sentimos el grito desesperado del maniatado gritando:
- Hey locos, no me dejen afuera! yo soy el que me caso, hijos de puta!
los cuatros nos miramos y lanzamos una carcajada al unisono, pero ninguno hizo caso, la estábamos pasando de mil maravillas, y hacerlo entrar en la ronda, significaba que una de las dos, esa noche tenia que dar esa parte que tanto nos negamos a hacerlo.
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