La mayoría de las mujeres aprenden a llegar al orgasmo a través de la masturbación. Si vienes de una familia estrictamente religiosa o tus padres te han dicho que la masturbación es algo sucio e inmoral, posiblemente no te hayas tocado en tu vida. No obstante, nunca es demasiado tarde para comenzar a explorar tu cuerpo. Procura comenzar de a poco —como si estuvieras aprendiendo a caminar— hasta que seas capaz de alcanzar el orgasmo con tus propias manos.
Algunas otras ideas...
· Edúcate acerca del sexo. Busca buena literatura y procura que tu compañero haga lo mismo.
· Haz del sexo algo más normal cambiando su nombre. Usar una palabra que tu cerebro no asocie con algo “malo” será menos amenazador. Por ejemplo, puedes decir “vamos a divertirnos” en lugar de “vamos a tener sexo”.
· Deja de preocuparte por lo que piensan los demás. Solemos preocuparnos por lo que nuestra pareja pensará. Solemos preocuparnos por lo que dirían nuestros padres si nos vieran. Tómate las cosas con más calma. Siempre que creas que tus pensamientos van a ocuparse del qué dirán, procura combatirlos y rehusarte a caer en ese terreno.
· Basta de los asuntos relacionados a la imagen corporal. Así que no eres perfecta... Pues bien, tampoco yo lo soy. Bienvenida a la vida real. Nadie es perfecto —tampoco los hombres—. Deja de pensar de esta manera y sigue el consejo de los hombres: a la hora de mirarte al espejo, concéntrate en las partes de tu cuerpo que más te gustan y olvídate de aquellas que no te caen tan bien.
· Examina tu pasado sexual. ¿Qué mensajes recibiste de tus padres acerca del sexo? ¿Qué otras experiencias has tenido en el pasado que podrían estar afectándote ahora? Habla con tus amigos de confianza. Habla con tu hombre. Habla con un psicólogo o un sexólogo si así lo prefieres.
· Permanece en el momento en que estás teniendo sexo. Di presente. Concéntrate en tus sentimientos y sensaciones. Si sientes que tu mente desea explorar territorios negativos —o incluso echar un vistazo a tu lista de tareas de mañana— oblígala a volver. Abre tus ojos y mira la escena si te sirve para mantenerte en la relación sexual. Y no hagas que todo gire alrededor del orgasmo. Simplemente permítete disfrutar de lo que está ocurriendo allí, en ese momento. Todo bien... menos el sexo
Igualmente común y tan destructivo para tu vida sexual: han alcanzado un nivel de extrema proximidad con tu pareja. ¿Cómo era el sexo en el comienzo? Si era buena y aún te sientes atraída hacia él, es la intimidad que está empujando a la pasión fuera de tu vida. Es irónico: las parejas que están conectadas a un nivel más profundo son las que peor vida sexual tienen. Un ingrediente fundamental para tener buenas relaciones sexuales a largo plazo es la novedad, y muchas veces se hace difícil alcanzar la novedad cuando los gustos y los puntos de vista son tan coincidentes. Los integrantes de la pareja, cuando se empujan fuera de sus respectivas zonas de confort, se están desafiando y obligando a intentar nuevas cosas y a ver su vida sexual desde un punto de vista diferente. Esto, sin dudas, tendrá una repercusión favorable en tu vida sexual.
Algunas consideraciones...
· Descarta las causas médicas. En primer lugar, acude a un médico especialista para una completa revisión de tu salud, de tus medicaciones, y de tus niveles hormonales.
· El deseo es una decisión. No sólo ocurre; tienes que hacer que suceda. Acepta la responsabilidad de tu propia excitación. Piensa en aquellas cosas que te encienden y practícalas. La excitación espontánea es algo que se da en el inicio de la relación, pero no será tan frecuente con el correr del tiempo.
· Organiza una cita sexual por semana (como mínimo) y tres otras citas (de una hora cada una) para pasar tiempo juntos fuera del dormitorio. Has que estos días sean prioritarios en tu agenda —no los pospongas ante lo primero que surja—. Cuando llegue la hora, haz un esfuerzo para participar con entusiasmo, y podrías encontrarte disfrutando tanto como él lo hace.
· No busques responsables. Sólo porque tu compañero quiere acostarse contigo no significa que él está cerca de una adicción sexual. Tómalo como un cumplido. Combate el pensamiento frecuente de “¿Por qué debo hacer algo que no quiero?” En cambio, haz todo lo posible por hacer del sexo un placer, y no una obligación.
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