martes, 30 de octubre de 2007

LA EXCUSA OPORTUNA (relato)

FOTO: MARTIN MERCADANTE
Sin sentido, mas que una sombra fantasmagorica que invade la habitación. Sin latidos mas que los de mi propio corazón. Sin suspiros mas que los mios inventando resignaciones, intentando olvidar el lecho caliente que aun reposa desde el amanecer sin ningún cuerpo arrugando las sabanas.
Te has ido, como otras tantas veces. Para quizás regresar, cuando puedas inventar la excusa perfecta. Y ahí entre estas cuatro paredes oscuras sin siquiera dejando filtrar un fino rayo de luz, nos aislábamos del mundo.
Entre risas, gemidos y llantos de placer. Invadiendo mi cuerpo cada centímetro para no dejarlo respirar porque tu boca carcelera me aprisiona.
Y el tibio candor que me dejaron tus manos cuando me exploran inquietas buscando mi sexo ardiente.
Y el sabor de tu lengua, de tu aliento, que se disipa aun con el paso de las horas, y que ya no tiene el mismo sabor, dejando solo amargura en mi boca.
Solo queda una sombra, solo quedan vestigios de unos minutos robados, pero que son mi gloria y tu placer.
Te deseo, quisiera haber detenido el tiempo y que nunca te marcharas.
Quisiera que aun permanecieras a mi lado, enredando mis dedos en tus cabellos y jugando a ser los amos de cada una de nuestras vidas.
Te has ido, y sin encontrar la resignacion adecuada a la situación me cubro de sombras para pasar desapercibida entre el mobiliario oscuro, ese...único testigo de nuestra cita clandestina, solo... cuando puedas inventar la excusa oportuna.
CIELO INMENSO

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