martes, 25 de septiembre de 2007

INFIDELIDAD (parte III)

¿Cómo detectar a un infiel al instante? El infiel elige sus ropas con más cuidado que antes, hace dieta e inventa motivos para estar cada vez menos tiempo en casa. Jamás tiene hambre, y habla de temas que antes no dominaba. Cambia de gustos súbitamente, se ofende cuando le insinúan que miente y no quiere tener sexo con su esposa.

¿Son distintos los indicios de una mujer infiel a los del hombre infiel? En temas de ocultamiento los hombres son un desastre: van dejando evidencias por todos lados. Al contrario de una mujer que prefiere que su romance quede en la mayor discreción. Los hombres infieles compensan la culpa con regalos sorpresas y comida cara. La mujer intenta estar más enfurruñada aún, para que él no sospeche de que ella está enamorada y feliz. Los hombres toman la infidelidad como un juego. Las mujeres buscan a alguien que las abrace y las mime.

¿Una vez descubierta la infidelidad cómo debemos actuar? Con cautela, pues no se deben tomar decisiones precipitadas.

Quien descubre el engaño debe callar, y escuchar qué tiene el otro para decir. Si lo interrogas muy pronto, empezará a mentir. Espera a saber cómo lo explica y ten por seguro que el 80% de lo que te dirá son mentiras, así que para qué preguntar, con el tiempo acabará diciéndote la verdad.

¿Es posible perdonar y olvidar una infidelidad? Pedir perdón es una especie de sucia manipulación post-traición de parte de quien ha cometido la falta. De primeras, sólo es posible dejar pasar el incidente y no seguir hablando de ello. Pero está claro que no se olvida jamás, por lo cual el infiel tendrá que cuidarse mucho más que antes del engaño, para volver a ganarse, aunque sea una parte, de la confianza del otro.

¿Cómo podemos salvar nuestra relación ante una infidelidad? Tratando de no darle mayor importancia de la que tiene, y pensando en el infiel y tú como pareja sólida, siendo el amante un tercero circunstancial que pasó a la historia, y que ya está fuera de escena. La esposa de un reconocido polítoco norteamericano asumió la infidelidad de su marido diciendo: En veintitrés años de matrimonio pasan muchas cosas en una pareja, y esta fue sólo una de ellas.

¿Cree usted que las infidelidades son la causa de la mayoría de las rupturas entre parejas? Desde luego. Un matrimonio es un pacto de ayuda reciproca, una sociedad de socorros mutuos. Nadie toleraría hacer una sociedad con alguien que se asocia a otro sin avisarte, ¿verdad? Pues si no lo tolerarías en el mundo de los negocios, muchísimo menos en el mundo de las relaciones íntimas. Una infidelidad es una burla a la confianza que otro ha depositado en ti y está muy bien no tolerar un engaño. Pero hay que tener en cuenta determinados parámetros: quién eres tú y quién es tu pareja infiel. Está muy bien que te divorcies de quien te ha engañado, pero también recomiendo que si tu pareja es alguien que vale la pena, sería mucho mejor que hicieras la vista gorda.

La persona que ha sido una vez infiel, ¿lo será siempre? Si se atrevió a hacerlo una vez, tal vez se atreva otra más. ¿Cuáles son las claves a grosso modo para que tu pareja no te sea nunca infiel? En la antigüedad, los matrimonios se soportaban por los hijos, por el qué dirán y por la situación económica de la mujer. Ahora vivimos bombardeados por estímulos publicitarios que quieren convencernos de que si no te sientes como Romeo y Julieta, tu pareja no sirve. Los dos extremos son malos. Ni hay que soportar todo atropello y falta de respeto, ni hay que divorciarse al primer engaño.

¿Mejor reír que llorar? El humor nace del dolor mismo, cuando vemos que podemos sobrevivir de aquello que más miedo nos da. No sales bien parado de que te pongan cuernos si no te ríes de lo bien que te quedan. Además, en esto de los cuernos tienes compañía: siendo cornudo, no serás una rara ave sino un raro ciervo.

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