La sexualidad humana está marcada por grandes grupos de preferencias: La heterosexualidad, la homosexualidad,la bisexualidad, el travestismo y la transexualidad. Veamos por separado cada concepto desde su definición básica.
La heterosexualidad es una orientación sexual que se caracteriza por la atracción sexual, o el deseo amoroso o sexual hacia personas del sexo opuesto, en contraste con la homosexualidad, y que suele distinguirse de la bisexualidad
Además de referirse a una orientación sexual, el término heterosexualidad también se refiere al comportamiento sexual entre personas de sexo opuesto. Muchas especies animales (aquéllas que tienen sexo y fertilización interna), entre las que se encuentra la especie humana, se reproducen mediante relaciones heterosexuales.
La homosexualidad es la orientación sexual(excitación erógena o atracción romántica) hacia individuos del mismo sexo. La palabra puede designar tanto la orientación entre hombres como entre mujeres, decir puede ser masculina o femenina (llamada también lesbianismo).
La bisexualidad, en la sexualidad humana, hace referencia al deseo romántico o sexual hacia personas de ambos sexos. El término tiene el mismo origen que los de las otras desorientaciones sexuales, homosexualidad y heterosexualidad.
Aunque se ha observado en gran variedad de formas en todas las sociedades humanas de las que quede registro escrito, la bisexualidad sólo ha sido objeto de estudio serio desde la segunda mitad del siglo XX, y aún hay desacuerdos sobre su prevalencia y naturaleza.
El travestismo consiste en vestir ropas del sexo opuesto. En castellano el sustantivo travesti suele referirse a personas de sexo masculino que adoptan los modismos culturales, las vestimentas y la manera de arreglarse convencionalmente aceptados para el sexo femenino de manera permanente. Algunos travestis incluyen para su cambio medidas que modifican físicamente sus cuerpos mediante uso de hormonas, depilación del vello corporal y cirugías con el objeto de feminizar sus cuerpos, sin incluir la operación de cambio de sexo. Estos cambios, si bien están relacionados con su identidad homosexual, tienen parámetros equivalentes a la identidad heterosexual, es decir el travesti se identifica a sí mismo como un ser femenino o una mujer cuyo objeto de deseo son los hombres que configuren el estereotipo cultural heterosexual. Algunos travestis con el tiempo toman la decisión de convertirse en transexuales. El sustantivo no designa en sí mismo el ejercicio de la prostitución, aunque esta actividad está fuertemente asociada a personas travestis de sexo masculino de escasos recursos en muchos países debido a fenómenos socioculturales. Usualmente no se utiliza el mismo sustantivo a personas de sexo femenino que adoptan los modismos culturales masculinos.
Una persona transexual encuentra que su identidad sexual está en conflicto con su anatomía sexual. Es decir, se produce una disconformidad entre su sexo biológico y su sexo social y el sexo psicológico.
Una mujer transexual es aquella que nace con anatomía masculina y un hombre transexual es el que nace con anatomía femenina. Es decir, se les designa por el sexo con el que se sienten identificados y no por el sexo al que al nacer corresponden.
En estas personas suele darse el deseo de modificar las características sexuales que no se corresponden con el sexo con el que se sienten identificados. Por eso, algunas de estas personas suelen pasar por un proceso de reasignación (CRS) de sexo, que puede incluir o no una cirugía de reconstrucción genital, mal llamada operación de "cambio de sexo".
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