LA HISTORIA DE ANA... LA CASTA
Ana apareció en el Salón cuando yo ya trabajaba alli, en ese entonces tendria unos 35 años, es alta, delgada, pero de no muy buenas formas, tiene cabello crespo y utilizaba un peinado bastante antiguo para esta epoca que a duras penas pudimos cambiarle alguna vez. Pero ella insiste en volver a lo habitual. No es muy linda de cara, en sistesis todo su contexto, hace ver una persona fea y poco atractiva. Pero como en gustos nada esta definido, y eso pudimos comprobarlo con el pasar de los años, cuando nos enteramos que tenia dos amantes, si amantes! porque los dos eran señores casados. Por supuesto ella era soltera, sumamente religiosa, no faltaba nunca a misa, y vivia bajo el yugo de unos padres dominantes.
Aunque era reservada, un buen día necesito de mis oídos y me conto su historia:
Aunque era reservada, un buen día necesito de mis oídos y me conto su historia:
Mi vida era simple, del trabajo a mi casa, salia solo con mi madre para ir a misa, amigas no tenia porque la mayoria ya estaban casadas, y me sentia mal estando con ellas, por lo que decidi aislarme.
Un día llegaba tarde a mi trabajo, y tome un taxi, el conductor muy amable asintio apurarse en el recorrido con tal que llegara a horario, era muy simpatico y la charla se hizo amena.
Al cabo de unos meses, nos encontrabamos saliendo como novios, el venia a mi casa todos los dias de la semana y habia sido aceptado por mis padres. Lo unico que me ponia mal es que los fines de semana, no aparecia, siempre la excusa de mucho trabajo, pero no me importaba era feliz asi... a medias.
Despues de un tiempo, y de presiones de su parte, una noche antes de volver a casa, estacionamos el auto en un lugar bastante oscuro, era una noche fria por lo que no habia mucho movimiento en la calle; la musica de fondo que salia del estereo, era propicia para llevarnos a unos besos apasionados, manos inquietas que se cruzaban en lugares prohibidos aun para mí. El sabia como conducirme a una revolucion total de mis hormonas, y entre abrazos, caricias y besos apasionados, comenzo a hurgar con su mano en mis pechos, la sensacion era tan agradable, que esta vez no se las retiré, con habilidad me quito el sostén y mi pechos estaban dentro de su boca, que como un volcan en llamas, trataba de levantar mas calor en todo mi cuerpo, su lengua magistralmente usada, recorria palmo a palmo del cuello al vientre, sin dejar lugar sin lamer o succionar. No podia más, queria que me desvistiera toda, me hiciera suya, pero el lentamente iba consiguiendo lo que queria, de pronto senti sus dedos dentro de mi vagina, los saco y se los mojo dentro de su boca, y los volvio a meter, mientras que me besaba para que yo no vea lo que sus manos hacian alli abajo. Habilmente me tocaba el clítoris, y me penentraba con uno de sus dedos de manera circular, como quien quiere ir abriendo un hoyo en la tierra.
Tanta excitacion, tanto placer hizo que provocara mi primer orgasmo en manos de un hombre, ahora le tocaba a el, se bajo la cremallera del pantalon y deposito en mis manos un miembro duro, que a mi parecer era mas bello de lo que habia visto en las revistas. Intento conducir mi cabeza hacia su pene, pero no pude hacerlo, me resistia al mismo tiempo que queria probar ese delicioso manjar que estaban viendo mis ojos, asintio que solo con mis manos comenzara a masajearlo y verlo crecer de un tamaño que en cierta manera me daba miedo que entrara en mi, pero que a su vez me atraia como un imán. No pude resistirme más y puse mi boca en el, y Raúl me decia entre gemidos y suspiros que era lo que tenia que hacer para que su placer fuera imenso, suponia que mal no lo iba haciendo, cuando se incorporo de golpe, y de un fuerte tiron me monto sobre el, con las piernas abiertas como podia, porque el freno y los cambios entorpecian, comenzo a hacerme cabalgar, tomandome de los cabellos hacia atras, en ese momento ni me percate del dolor, que era imenso, pero que delicioso se sentia, con mas fuerza comenzo a moverse desde abajo, ya a toda marcha, y a todo galope, sentia ese pene enorme que me destrozaba, me abria el surco como queriendo llegar mas alla.
Tuve otro orgasmo, y despues otro mas, y el sin sacarla de mi vagina, siguio cabalgando, hasta que sentia un liquido caliente, que me recorria las piernas, pero no me importo, era mas grande mi ansiedad por seguir experimentando, que seguimos batallando hasta que caimos rendidos.
Cuando me levante pude ver todo su pantalon manchado de sangre y su pene, teñido de rojo como una flor abierta que se estaba marchitando.
Un día llegaba tarde a mi trabajo, y tome un taxi, el conductor muy amable asintio apurarse en el recorrido con tal que llegara a horario, era muy simpatico y la charla se hizo amena.
Al cabo de unos meses, nos encontrabamos saliendo como novios, el venia a mi casa todos los dias de la semana y habia sido aceptado por mis padres. Lo unico que me ponia mal es que los fines de semana, no aparecia, siempre la excusa de mucho trabajo, pero no me importaba era feliz asi... a medias.
Despues de un tiempo, y de presiones de su parte, una noche antes de volver a casa, estacionamos el auto en un lugar bastante oscuro, era una noche fria por lo que no habia mucho movimiento en la calle; la musica de fondo que salia del estereo, era propicia para llevarnos a unos besos apasionados, manos inquietas que se cruzaban en lugares prohibidos aun para mí. El sabia como conducirme a una revolucion total de mis hormonas, y entre abrazos, caricias y besos apasionados, comenzo a hurgar con su mano en mis pechos, la sensacion era tan agradable, que esta vez no se las retiré, con habilidad me quito el sostén y mi pechos estaban dentro de su boca, que como un volcan en llamas, trataba de levantar mas calor en todo mi cuerpo, su lengua magistralmente usada, recorria palmo a palmo del cuello al vientre, sin dejar lugar sin lamer o succionar. No podia más, queria que me desvistiera toda, me hiciera suya, pero el lentamente iba consiguiendo lo que queria, de pronto senti sus dedos dentro de mi vagina, los saco y se los mojo dentro de su boca, y los volvio a meter, mientras que me besaba para que yo no vea lo que sus manos hacian alli abajo. Habilmente me tocaba el clítoris, y me penentraba con uno de sus dedos de manera circular, como quien quiere ir abriendo un hoyo en la tierra.
Tanta excitacion, tanto placer hizo que provocara mi primer orgasmo en manos de un hombre, ahora le tocaba a el, se bajo la cremallera del pantalon y deposito en mis manos un miembro duro, que a mi parecer era mas bello de lo que habia visto en las revistas. Intento conducir mi cabeza hacia su pene, pero no pude hacerlo, me resistia al mismo tiempo que queria probar ese delicioso manjar que estaban viendo mis ojos, asintio que solo con mis manos comenzara a masajearlo y verlo crecer de un tamaño que en cierta manera me daba miedo que entrara en mi, pero que a su vez me atraia como un imán. No pude resistirme más y puse mi boca en el, y Raúl me decia entre gemidos y suspiros que era lo que tenia que hacer para que su placer fuera imenso, suponia que mal no lo iba haciendo, cuando se incorporo de golpe, y de un fuerte tiron me monto sobre el, con las piernas abiertas como podia, porque el freno y los cambios entorpecian, comenzo a hacerme cabalgar, tomandome de los cabellos hacia atras, en ese momento ni me percate del dolor, que era imenso, pero que delicioso se sentia, con mas fuerza comenzo a moverse desde abajo, ya a toda marcha, y a todo galope, sentia ese pene enorme que me destrozaba, me abria el surco como queriendo llegar mas alla.
Tuve otro orgasmo, y despues otro mas, y el sin sacarla de mi vagina, siguio cabalgando, hasta que sentia un liquido caliente, que me recorria las piernas, pero no me importo, era mas grande mi ansiedad por seguir experimentando, que seguimos batallando hasta que caimos rendidos.
Cuando me levante pude ver todo su pantalon manchado de sangre y su pene, teñido de rojo como una flor abierta que se estaba marchitando.
Rapido saco un pañuelo de su bolsillo y comenzo a limpiarme, mis piernas y mi vagina porque todo se iba tiñiendo de rojo, se saco la camisa y se limpio el pantalon, donde habia restos de una gran velada de sexo y sangre.
Comence a vestirme, y sintiendome un poco avergonzada por lo que habia ocurrido, cuando llorando me dijo: - te entregaste a mí, soy tu primer hombre, me hicistes feliz...
Después supe, que esa felicidad duraria poco tiempo, pero esa es otra historia.
Comence a vestirme, y sintiendome un poco avergonzada por lo que habia ocurrido, cuando llorando me dijo: - te entregaste a mí, soy tu primer hombre, me hicistes feliz...
Después supe, que esa felicidad duraria poco tiempo, pero esa es otra historia.
CIELO PROFUNDO
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